Apadrina una Palabra en Vias de Extinción

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He vuelto de una semana de vacaciones completamente desconectado de teléfonos e Internet. Como de costumbre, tengo mil cosas que contar en la punta de los dedos, pero la velocidad vertiginosa de costumbre enseguida vuelve a imponerse y ya vuelvo a notar los efectos de la falta de tiempo, sobre todo en la pila de correos por contestar, la lista de llamadas por hacer, y ese agregador de suscripciones que está lleno a reventar de esas cosas interesantes que la gente que aprovecha las vacaciones para escribir ha lanzado al ciberespacio mientras yo me recuperaba del final del segundo trimestre del EMBA y de las últimas semanas de trabajo.

Entre esas cosas interesantes, está esta romántica iniciativa de la Escuela de Escritores que Telémaco encontró a su vez en Desequilibrios: apadrinar una palabra en vías de extinción para celebrar el día del libro.

Por supuesto, no me he podido resistir y desde hace unos minutos soy el orgulloso padrino de la palabra Añagaza, una palabra que evoca los ardides (que no ardites) de esos folletines de espadachines que tanto me gustan - el último, por cierto, Corsarios de Levante, que me ha gustado mucho. Además, esta palabra contiene nuestra querida letra "ñ" y, de propina, tiene origen árabe. Vamos, que rebosa historia por los cuatro costados.

Si tú también tienes una palabra en desuso predilecta, apadrínala y dedícale unas líneas.

Nos leemos,